Revista teatros

Si uno tiene la inquietud de ser actor o actriz, el mejor consejo que podríamos darle es formarse. Pero, ¿por dónde empezamos, cómo elegimos escuela, cómo sabemos cuál es el método que mejor se adapta a nosotros...? ¿Qué directrices le daría a esa persona Juan Carlos Corazza desde su experiencia?

Yo aprendí de un maestro con vocación y don para hacer florecer el talento. La metodología cuenta, pero es más importante contar con una escuela capacitada para entender el comportamiento humano. Que pueda acompañar, cuidar e impulsar el potencial de sus estudiantes, para crecer personal y artísticamente con confianza, respeto y paciencia. Una sólida formación no es rápida o demasiado fácil.

¿Qué le ofrece a ese chico, a esa chica el Estudio Corazza para la Actuación en cuanto a formación y profesorado?

Además de seminarios, la estrella es el Curso regular. Aprender a pensar en lugar de “comerse el coco”, fantasear, idealizar o frivolizar. Desarrollar sentido de verdad y del cuidado de sus emociones, intelecto y cuerpo, para disponer de todos sus recursos creativos. Herramientas para poder variar en cada personaje, entrando y saliendo de él. Precisión con la palabra, el texto y la colaboración en equipo. Profesores de interpretación, voz, canto, movimiento, danza, historia del arte y del teatro, clown. Aprender a pensar, sentir y actuar no es algo rápido, enseñarlo tampoco. Pero es apasionante y esperanzador.

¿Y en cuanto a proyección, qué puede esperar un alumno del Estudio Corazza?

Prácticas con público en un escenario frente a profesionales del oficio, representantes, directores. Curso de producción con ideas para crear el propio camino.  Profesores del Estudio o ex alumnos que generan proyectos teatrales o audiovisuales, como “Así que pasen cinco años” de García Lorca, dirigido recientemente por el profesor Óscar Velado. 

¿Y cómo es el proceso que sigue el centro para aceptar un alumno? No sé si hay una prueba, entrevistas, unos requisitos que haya que cumplir. Imagino que no cualquier persona está capacitado para ser un buen actor.

Los aspirantes participan en un curso de ingreso en el que adquieren herramientas para actuar y ven cómo se sienten. Evaluamos las aptitudes,  la pasión y disponibilidad para aprender de nuestra propuesta de actuación orgánica y creativa.

Le decía antes que imagino que no cualquier persona está capacitada para ser un buen actor, para ser un actor profesional, pero sí puede servirle la interpretación a nivel personal. ¿El Estudio Corazza para la Actuación tiene cursos, talleres o seminarios dirigidos a este tipo de personas o solo forma actores profesionales?

El Estudio es pionero con sus cursos de Teatro para la Vida, dirigido a personas que no desean dedicarse profesionalmente. Es sorprendente cómo disfrutan y se benefician con lo que el teatro aporta a sus vidas y a sus profesiones. 

Hemos estado hablando de personas que quieren iniciarse en este oficio, pero el Estudio también oferta coach para actores ya profesionales. Háblenos un poquito de esto.

Es una preparación individual para un papel,  específica y rigurosa. Se tiene muy en cuenta la visión del director para adaptarse y aportar lo propio. Es un trabajo que hago desde hace más de treinta años, con resultados muy buenos, y que he transmitido a profesores del equipo.

En los últimos tiempos, no ha parado de crecer el número de escuelas y las ofertas de cursos. ¿Esto es bueno o se corre el peligro de una enseñanza ‘low cost’? ¿La competencia ha hecho que la calidad se eleve, disminuya o no es relevante? 

Espero que surjan buenos y buenas docentes. Se necesita tiempo. Las dotes para la enseñanza no se adquieren por competitividad. La calidad la elevan las personas o proyectos que buscan respeto, verdad, compromiso e imaginación inteligente. 

La pandemia que vivimos, esta ‘nueva normalidad’, las medidas sanitarias… ¿ha cambiado la forma de trabajar en la escuela? ¿Existen protocolos para enfrentar situaciones de este tipo?

Extremamos los cuidados y recomendaciones sanitarias. Impartimos clases online si es necesario o prudente. Las aprovechamos  para la actuación ante la cámara, el primer plano, el texto y propuestas para contrarrestar la insustituible fuerza del presencial. No dejamos de cultivar criterio artístico, conciencia humana y social. El teatro puede colaborar con el sentido de compasión. Ahora más que nunca es necesario y urgente.

ESTUDIO CORAZZA PARA LA ACTUACIÓN