Revista teatros

 ¿Qué sería uno capaz de hacer por conseguir un objeto, como por ejemplo, un colchón que cuesta 45000 euros? Perder la cabeza, como les ocurre a los personajes de “Un buen colchón”, la obra de Paula Llorens que refleja la obsesión que tenemos como sociedad por el éxito y los atajos que llegamos a coger para conseguirlo. Reunimos al trío interpretativo de la función junto a su director para conocer todas las claves de esta desternillante ‘comedia viscoelástica’. Por ANA VILLA Foto PABLO LORENTE

¿Cómo presentarían esta comedia?

Carlos Chamarro: “Un buen colchón” nos habla –en tono de comedia irónica, corrosiva y de situación– del peligro que tienen los sueños de convertirse en pesadilla, de cómo las esperanzas se pueden tornar en unas mochilas muy pesadas de llevar.

Veki Velilla: Es una comedia que, a través de un código divertido e hilarante, genera muchas risas. Y profundizando más, muestra una visión de esta sociedad utilizando por momentos el absurdo.

Víctor Palmero: Me gusta definirla como un cabaret viscoelástico. Carlos Chamarro se pone en la piel de una especie de maestro de ceremonias multipersonaje para contar la historia de Bárbara y Andrés, una pareja de treintañeros que se mudan a vivir solos y que, en su primera noche juntos, empiezan a obsesionarse con comprar una cama de 45000 euros tras ver que varios famosos duermen sobre ella y que sus carreras han mejorado.

¿Cómo son estos tres personajes?

Israel Solà: Bárbara y Andrés –Veki Velilla y Víctor Palmero– es la parejita que se acaba de mudar al piso. Ella está estudiando unas oposiciones mientras que él está intentando convertirse en una especie de coach de fitness a través de redes sociales. Sueñan con triunfar alcanzando una estabilidad económica, así como la fama. Ella es controladora y aplicada, una tía con mucha energía, y él es mucho más soñador, hipocondríaco, una persona que enseguida se ilusiona y se flipa. Ambos creen que comprar el colchón es la única vía para conseguir sus objetivos vitales.

¿Qué hay del rol de Carlos Chamarro?

Él es el narrador de esta historia, nos conduce a través de todo presentando a los personajes, congelándolos, yendo hacia atrás y adelante… Es como un Dios todopoderoso que, además, interpreta a todos los personajes que se encuentran con Bárbara y Andrés, desde un futbolista hasta el director de un banco o el vendedor de colchones.

¿En qué temas y sentimientos pone el foco la función?

Víctor: Creo que pone en evidencia lo absurdos que llegamos a ser en ocasiones los seres humanos, cegados por estímulos en redes, en televisión, en fake news… ¿Quién no se ha sentido tentado a comprar alguna chorrada que ha acabado cogiendo polvo en cualquier rincón de la casa? ¿Qué pasaría si esa chorrada fuese una cama que cuesta 45000 euros y promete cambiarte la vida? ¿En qué punto la ilusión por algo se convierte en una obsesión que arrastra a la locura?

Veki: En la esperanza, la necesidad, el miedo, la locura o la desesperación. Y quizá en el deseo de llegar a ser lo que es considerado ‘éxito’ a costa de... ¿qué? Carlos: La obra es una reflexión actual del deseo de inmediatez que tenemos en esta sociedad de que todo –y sobre todo lo bueno– suceda ya o, como se dice vulgarmente, ‘quererlo para ayer’.

La pieza está repleta de situaciones hilarantes. ¿Algún ejemplo especial?

Israel: Cuando los personajes deciden que tienen que conseguir dinero como sea para poder comprar el colchón, así que hacen un brainstorming, les surgen ideas totalmente absurdas y deciden vender su ropa, sus objetos, se plantean jugar a la bonoloto o soñar con que sus padres mueran para poder heredar y así tener una buena entrada de dinero, atracar un banco…

Víctor: Hay un momento crossover entre “The Walking Dead”, “La casa de papel” y “Thriller” de Michael Jackson en el que todos acabamos exhaustos tras unas cuantas carreras al más puro estilo “Benny Hill” que, personalmente, me divierte mucho.

Carlos: En cada escena hay una locura que nos lleva a otra mayor en la siguiente gracias a la pérdida de control de unos jóvenes protagonistas que lo hacen casi todo por conseguir su sueño.

En suma de todo, ¿por qué motivos recomiendan este estreno a los amantes de las buenas comedias?

Israel: Porque es una comedia divertida, ágil, llena de situaciones muy cómicas y del día a día. Y porque la historia muestra que triunfar en la vida no siempre es sinónimo de ser feliz.