Publicado el 30 de Septiembre de 2017
Javier Pascual
Obra: La habitación de Verónica
Las caras y las expresiones de la gente son una pasada. ¡Hay quien ya ha tripitido!
Antes de desvelar nada de nada, ¿qué sensaciones traen a Madrid de su estreno en Valladolid?
Una energía muy bonita, mucha ilusión, confianza máxima en el proyecto y mucho mucho cariño. Valladolid ha sido un estreno increíble e imprescindible para llegar a Madrid con un producto muy redondo y totalmente diferente a lo que la gente está acostumbrada a ver en la cartelera.
Es una de las obras más representadas de su autor, más de 6 millones de espectadores la han visto y desde 1973 no ha dejado de representarse. ¿Por qué, qué tiene “La habitación de Verónica”?
Aunque suene a tópico, es un texto que está tan bien escrito, que atrapa desde el comienzo al espectador y no lo suelta hasta que baja el telón. Las caras y expresiones de la gente durante la función son una pasada, hasta el punto de que tanto en Valladolid (que solo hicimos 2 funciones el mismo día) como en Madrid (que solo llevamos 1 semana), hay gente que ya ha repetido e incluso 2 personas han tripitido... ¡y no son ni amigos ni familiares!
Entonces, ¿por qué creen que nunca se había representado en España? ¿No nos gusta pasar miedo en el teatro?
En realidad la función no es de miedo. La gente siente tensión, angustia, agobio, suspense extremo, impotencia, incluso ternura... pero miedo no. Creo que es sencillamente una cuestión de no atreverse a ofrecerle al público una obra tan dura en cuanto a los temas que trata, tan malsana y retorcida... pero ya estamos en el siglo XXI, y no en el año 1973 que es cuando se estrenó y causó tanto revuelo, así que nosotros decidimos dar el paso y no podemos estar más satisfechos y contentos por haberlo dado.
Porque, ¿se pasa miedo? Se me antoja que hacer reír o llorar no debe ser nada comparado a provocar miedo sobre las tablas. ¿Complicado?
Es que de verdad que no se pasa miedo, no es una obra de terror ni de sustos fáciles. Es una trama muy brutal desde el punto de vista social y humano, eso sí. Es un thriller psicológico que hace que el espectador salga hablando de la función y que lo siga haciendo cuando llega a casa y cuando va a trabajar al dia siguiente. Eso es lo maravilloso de esta función.
Imagino que aquí la mano de Ricard Reguant es imprescindible. ¿Cómo es como director y cómo es trabajar con él?
Para mí Ricard es un Maestro, en mayúsculas y con todas las letras. Ya no sólo por su experiencia en cine, TV, teatro y porque ha sido pionero en España en casi todo esos campos, sino porque me parece una persona con la que es increiblemente sencillo trabajar (incluso para los más noveles, como yo), que siempre tiene las cosas muy claras porque las trabaja a conciencia y porque es un ser humano generoso, honesto, leal y auténtico. No podíamos tener un mejor Director y yo, además, un mejor socio que él junto al otro productor de este proyecto, mi querido Miguel Molina.
Háblennos de sus personajes. ¿Quién es y cómo es su personaje?
Bueno, la trama a la que se enfrenta el espectador es tan enrrevesada e inesperada, que debo tener cuidado para no desvelar nada antes de tiempo... sólo puedo decir que soy un muchacho, Larry, que ha quedado a quedar con una chica para intentar ligar con ella cuando de pronto ambos se ven envueltos en una historia muy particular... Larry es un joven abogado, incrédulo, desconfiado, muy seguro de sí mismo y un poco galán a quien la vida le tiene preparado un destino realmente macabro y malsano.
Llama la atención que es Ingeniero de Software y está muy vinculado a la música y al deporte, pero también ha trabajado como actor. Lo de hombre del Renacimiento se queda corto… ¿Cómo se conjuga todo?
Jajaja, bueno, ya conoces el refrán: “Aprendiz de mucho, maestro de nada”. Yo jamás podré estar a la altura de los hombres del renacimiento, conozco apenas 4-5 hombres y mujeres en el mundo que a día de hoy merezcan ese calificativo... En realidad lo mío es una mezcla entre hiper-motivación, ilusión, pasión, locura y que disfruto mucho aprendiendo cosas nuevas; esto siempre pesa más en mis decisiones que el ganar dinero o el tener más o menos repercusión mediática. Desde niño he querido hacer cosas trascendentes, que generasen un impacto positivo en el mundo, en el universo, y toda esta maraña de cosas que hago es la manera que he encontrado para lograrlo, muy humildemente, eso sí. Además, cualquier ingeniero que se precie en serlo, debería demostrar unas mínimas dotes artísticas en algún área, no es incompatible con ser un poco “cabeza-cuadrada”. Invierto mi tiempo en crear, así de sencillo, y sigo la filosofía del “Tienes porque Das”.
¿Nos adelantan alguna frase de su personaje para abrir boca?
Por supuesto: “Estamos en una casa a las afueras, en una habitación medio desierta donde una niña ya muerta armaba rompecabezas... ¿no crees que es para ponerse un poco nervioso? Mira, te prometo que cuando lleguemos al motel voy a tocarte, mucho y por todas partes”.
Vamos a dejarlo todo redondo. ¿Qué pasaría si dejásemos pasar la oportunidad de conocer a Verónica? ¿Qué nos perderíamos?
Pues sinceramente creo que es la primera vez que se ve un producto como este en la cartelera española, tanto por temática, como por calidad del texto como por la calidad del montaje, con una escenografía que pone los pelos de punta desde que se levanta el telón y con una música que mantiene al espectador con el corazón en un puño durante toda la función. La repercusión que está teniendo en las redes sociales nos hace pensar que está siendo un acontecimiento cultural-social muy importante y que esperemos marque un antes y un después en cómo se hace teatro en nuestro país y, sobre todo, cómo se consume por parte de los espectadores. Me encantaría ver que hemos ayudado a que “suba el nivel” en ambos lados y que dentor de unos años Madrid pueda ser la capital europea del teatro.