Revista teatros

 Inquietas, guerreras y, sobretodo, “disfrutonas” de la vida, tal cual les gusta definirse, la pareja cómica que despertó un mar de risas con “Ni para ti ni para mí” repite aventura escénica con texto de Juan Luis Iborra. Acompañadas por Rubén Sanz como tercer personaje, Miriam y Belinda se enfundan en la piel de Encarni y la Mari, dos íntimas amigas atrapadas en la rutina con un plan magistral como remedio para satisfacer sus inquietudes carnales: huir de todo con rumbo a Benidorm. ¡El enredo está servido!

¿Qué es “Insatisfechas”?

MIRIAM: Una comedia, una llamada a la acción personal para cambiar las cosas que no te gustan desde la propia iniciativa, para dejar la queja y echar balones fuera.

BELINDA: Dos mujeres al borde de la vida: están hartas de todo, insatisfechas, infelices, vacías… y mi personaje decide iniciar un cambio radical en su vida. Es un viaje hacia dentro.

Háblennos de sus personajes…

MIRIAM: ¡Encarni es una guerrera, una superviviente! Ha tenido siempre condiciones bastante precarias de vida, pero su mayor tesoro es la amistad que tiene con la Mari. Sus mundos son cada una de las dos juntas. Lo han compartido todo, ¡todo menos el marido…! Y están tan hartas de las condiciones de su vida que intentan escapar hacia una cosa que no les lleva a ningún sitio. El carácter de Encarni es más aparentemente inocente, aunque luego ella tiene su sabiduría de la vida. Es siempre risueña, tiene poca facilidad de palabra, todo lo contrario a la Mari, que es más sólida, fuerte, la que lleva la voz cantante. Luego los papeles se cambian.

BELINDA:  Mari es una madre de dos hijos harta de todo: del hijo, de las drogas del hijo, de su marido… Es una mujer de barrio de clase social más bien tirando a baja, muy echada pa’lante, muy de pensar, de darle vueltas a la vida y decide tomar al toro por los cuernos. Es una mujer fuerte, con las ideas claras, muy buenaza, la típica buenaza a la que todo el mundo toma el pelo o se aprovecha, incluso su propia amiga a veces. También es muy de compartir, muy generosa. ¿Defectos? Que algunas veces no ha sido valiente para tomar las riendas de su vida… ¡hasta este momento!

Sus personajes se sienten insatisfechas con la vida. ¿Con qué se sienten insatisfechas Miriam y Belinda?

BELINDA: A nivel personal nada, pero a nivel general, tal y como está la vida ahora mismo, no hace falta que enumere todas las cosas, las injusticias por las que podemos estar insatisfechos. Todo no puede ser plenamente feliz cuando los demás lo están pasando tan mal.

MIRIAM: ¡La verdad es que soy una persona muy agradecida con la vida! No hay nada con lo que me sienta insatisfecha en absoluto, todo lo que tengo me parece que está bien y todo lo que no lo está lo transformo para encontrarle la armonía. Me muevo mucho en el gozo y en el júbilo, soy una “disfrutona” de la vida, muy vitalista y emocional. También tengo conflictos particulares, pero no los estiro, no soy nada víctima.

¿Sacan alguna moraleja de esta función?

MIRIAM: Ellas están hartas de todo, se quejan de la vida que tienen en todos los ámbitos: familiar, personal, emocional… Necesitan un balón de oxígeno  y lo encuentran escapándose, pero eso no va a ninguna parte, y esa es la moraleja: no hay que escapar de los problemas, sino hacerse cargo de ellos y cambiarlos desde uno mismo, que ésa es la insatisfacción genérica del ser humano.

Cuál es su mayor satisfacción al final del día?

MIRIAM: Como la capitana de barco que soy, hago un resumen de mi jornada diaria y siempre me compensa porque presumo con orgullo de que tengo a mis cachorros vivos, sanos y felices conmigo. Ése es mi mayor baremo, mi mayor termómetro, ver que mis chicos están bien, que mi hijo y mi hija van bien, y la casa y el barco funcionan. Una vez más, hemos llegado a puerto sanos y salvos. Eso es mi  travesía del día a día. 

BELINDA: Estar viva.

Sus personajes se embarcan en una aventura llena de sorpresas. ¿Cuál ha sido la mayor locura vivida con su compañera de función?

MIRIAM: ¡Todo los días que estamos juntas! No nos cansamos de repetir en voz alta “¡qué afortunadas somos!” (Risas). Porque no solo hacemos lo que nos gusta y podemos vivir de ello, es que además el ambiente del equipo es extraordinario. Las giras para nosotras son como ir a un parque de atracciones, nos reímos muchísimo, además somos las dos muy gamberras, nos encanta el sentido del humor y eso lo llevamos desde que salimos de casa con la maleta, en el tren, el avión… Estamos siempre en esa línea de la locura entendida como la salida de ese rigor habitual de la vida.

BELINDA: ¡¡¡Uf!!! (Risas). Imagínate, si con la anterior obra hicimos 150 bolos y con ésta dicen que vamos a superarlos… pues es que todo, desde soñar con este proyecto y querer trabajar juntas, hablar con Juan Luis Iborra y que nos hiciera esta función, hasta mil momentos diferentes que son más privados. Lo pasamos muy bien juntas, compartimos mucho tanto en escena, que nos ayudamos mucho la una a la otra, como fuera. Si no sería inviable volver a trabajar juntas porque al final creas una familia y, en gira, o te llevas bien, o mejor bájate del carro.

¿Qué es lo que más admiran la una de la otra?

MIRIAM: La tenacidad, es una gran profesional, una mujer veterana y madura que sabe lo que es mantener algo, algo que huele y sabe tan bien como una función. Tenemos mucho carácter las dos, pero nos conocemos, nos sabemos y nos respetamos muchísimo. Belinda es única por su capacidad incansable para conseguir sus sueños. 

BELINDA: Su generosidad, su vis cómica, su forma de trabajar muy libre y juguetona, que es como volver a ser niña y eso también se hace cómplice con mi parte niña. Y nos gusta mucho, nos reímos, nos ponemos músicas…en fin, ¡son mil cosas! Y luego su lucha. Es una gran guerrera del trabajo, de la supervivencia y del salir adelante, de ilusionarse con todo como si fuera la primera vez. El no dejar de ser niña es lo que define a Miriam.

¿Cuáles son sus proyectos paralelos?

MIRIAM: Estoy ultimando los ensayos de una comedia negra bárbara de Juanma Pina que se llama “Lavar, marcar y enterrar”. Esta obra lleva ya un año funcionando muy bien y ahora vamos a estar en el Off del Lara todos los martes a partir de mayo, hasta agosto, con gira después.

BELINDA: ¡Hay alguno más que no puedo desvelar hasta que esté firmado! Pero sí he montado una banda de jazz para cantar en eventos y en sitios especiales. ¡Estamos en plenos ensayos! Canto en inglés y en francés.

Estrenan en primavera. ¿Qué altera la sangre de Belinda y Miriam más que ninguna otra cosa?

BELINDA: ¡Tantas cosas! La música, un día de sol, un abrazo, comer con una amiga, una mirada, pintar, bailar… Soy una disfrutona de la vida, en eso coincido con Miriam.

MIRIAM: ¡La propia existencia en sí! Creo que cada día es un reto constante de todo, de mejorar, de conquistar nuevos retos. A mí me encanta que la vida me sorprenda, soy una “disfrutona”, todo para mí es una sorpresa y una bendición.